domingo, 21 de septiembre de 2008

Origen de las haciendas

LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA Y EL ORIGEN DE LAS HACIENDAS

UNA NUEVA GEOGRFÍA AGRARIA: PLANTAS, ANIMALES.

Al producirse la conquista española, tuvieron lugar una serie de transformaciones en la forma de vida de los antiguos peruanos, entre los cambios más importantes estuvo la introducción de plantas y animales antes desconocidos por ellos.
En, relativamente poco tiempo se introdujeron cereales como el trigo, la cebada y la avena; legumbres como la arbeja, las vainitas y diversas hortalizas como la lechuga y la zanahoria; frutas como la manzana, la naranja, los higos, la sandía y el melón. También llegaron la uva, la aceituna, la caña de azúcar y algunos productos de origen asiático como el arroz. Del mismo modo los animales que acompañaron a los conquistadores españoles se reprodujeron y dispersaron rápidamente por todo el territorio. Caballos, cerdos, vacas, ovejas y aves de corral comenzaron a proliferar en todo asentamiento humano, incluso en los poblados indígenas.
Pero el intercambio fue de doble vía, pues los conquistadores incorporaron a su dieta numerosos productos nativos que empezaron a combinar con los europeos. Ese fue el caso del maíz, la papa, la quinua, el camote, el frijol, el cacao, yuca, tomate, maní y numerosas frutas tropicales.
Pero además de plantas y animales, la conquista introdujo LA PROPIEDAD PRIVADA. Era un nuevo concepto y difería de la forma como se poseía y usaba la tierra durante el incanato. Por propiedad se daba derecho a las personas y familias a poseer legalmente y en forma individual tierras y ganado y hacer uso de ellas de la forma que consideraran conveniente como: cultivarlas, venderlas, alquilarlas, etc.
La instauración de la propiedad privada produjo importantes transformaciones en la forma de la producción, desde ese momento la producción no se destinará solo, ni para la subsistencia del grupo familiar y comunal, sino para atender un mercado que empieza a girar alrededor de la demanda de las ciudades y específicamente de los centros mineros, productores de plata como Potosí en el alto Perú y de azogue como Huancavelica, los cuales pasaban a ser el motor que animaba la economía y movilizaba a hombres y mercaderías.
LAS MERCEDES DE TIERRAS
En los primeros años de la conquista, la mayor parte de productos para el consumo eran producidos por la población nativa trabajando en sus tierras y llegaban a los consumidores a través del comercio que se realizaba en los mercados que se organizaban en las plazas principales de las ciudades. En aquellos tiempos las tierras tenían poco valor para los españoles, pero a mediados del siglo XVI conforme la población española aumentó y con ellos la posibilidad de ganancias mediante el comercio de productos agropecuarios, las solicitudes de tierras se hicieron más constantes. Es así que las llamadas mercedes de tierra se incrementaron. Las mercedes de tierra fueron concesiones hechas, en nombre del Rey, por autoridades españolas especialmente autorizadas como los Virreyes, las audiencias y los cabildos de las ciudades; estas instituciones empezaron a conceder terrenos de labranza en forma legal.
Hubo también formas no legales de apropiación de tierras por ejemplo a través de ocupación de tierras “vacas” o en abandono debido a la drástica disminución de la población indígena, otras fueron adquiridas de las comunidades indias a través e alquileres y compras informales.
LAS ESTANCIAS Y LA AGRICULTURA INICIAL HISPANA
Al inicio de la colonia, las tierras españolas fueron dedicadas principalmente a la crianza del ganado traído de Europa, el cual se fue adaptando a las diversas condiciones ambientales. Estas tierras dedicadas principalmente a la ganadería fueron conocidas como estancias y Saltur formó parte de una estancia junto a La Punta hasta mediados del siglo XVI en la que se criaba principalmente ganado vacuno, porcino y equino; con la carne de los cerdos empezó a desarrollarse una pequeña industria de embutidos y de su grasa se obtenían las mantecas y los jabones; de los cueros de las vacas y las ovejas y chivos se encurtían los cueros para los calzados.
LAS CHACRAS
De acuerdo con el tamaño de las tierras, las posiciones de las tierras se dividieron en chacras y haciendas, con este vocablo de origen Quechua se denominaba a pequeñas extensiones de terreno de propiedad privada, las cuales eran dedicados al cultivo de pan llevar como: maíz, trigo, hortalizas, verduras, etc. era empleado para la subsistencias de las familias y en caso de darse excedentes se vendía en mercados de la localidad.
LAS HACIENDAS
El concepto de hacienda no fue originalmente sinónimo de propiedad agraria, con este nombre se identificaba inicialmente al conjunto de bienes que una persona poseía. Posteriormente pasó a identificarse a las propiedades rurales de alguna importancia. Ya en el siglo XVIII el nombre hacienda identifica con más precisión a una extensión relativamente grande de tierra dedicada a la producción agropecuaria, bajo el dominio de un solo propietario, explotado con trabajo dependiente, con un empleo más o menos importante de capital.
HACIENDAS Y HACENDADOS
La hacienda durante la colonia, no fue solo una institución económica que generó ingresos a sus propietarios, sino que tuvo también un valor de prestigio social. Sin duda, la posición de una o mas haciendas daba a su propietario ingresos seguros, pero le daba también una posición superior frente al resto de la sociedad. Ser hacendado era señal de riqueza y nobleza.
Los propietarios de haciendas fueron un sector relativamente pequeño de familias españolas y criollas que, a través de afinadas estrategias de adquisición de tierras e igualmente de afinadas estrategias matrimoniales, lograron consolidar estas posiciones. Su origen fue diverso. Unos eran descendientes de conquistadores encomenderos, otros eran hombres nuevos. Ser hacendado se asoció con la obtención de cargos honoríficos como el de regidor perpetuo en el cabildo de la ciudad lo que consolidaba su influencia económica y social. Algunos combinaron la propiedad agraria con la producción de productos agrarios como el azúcar y el sebo animal en La Libertad (nosotros los lambayecanos formábamos parte de ese departamento como provincia), para jabón en Piura.
Cloaboración: César Ordinola Ramírez

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